30 julio 2006

La recompensa

Después de pasar incontables noches en vela...

Después de cambiar un gugol de pañales (con su correspondiente gugol de desechos orgánicos)...

Después de dar el equivalente a un par de vueltas a la tierra a base de paseitos nocturnos presuntamente adormiladores...

Después de cinco semanas, un día llega, por fin, la recompensa:


Nota: Sí, en efecto, este nene está un poco gordito. Ello es la lógica consecuencia de pasarse el día comiendo. Como se puede ver en la siguiente imagen, este niño siempre tiene un hambre de narices:

Linux a domicilio

Estaba yo zascandilleando por la web de Ubuntu, cuando de golpe y porrazo me encontré con una página que decía: "Si nos das tu dirección te enviaremos CDs de Ubuntu gratis." A lo que yo: ¡Ja! ¡Eso habrá que verlo! Y dicho y hecho, pedí cinco CDs de Kubuntu.

Pues bien, eso fue el pasado día 3, y el día 28 recibí en el trabajo un paquete de esta guisa:


Dentro había cinco CDs con su sobrecito, tal como este:




Pues sí, por increible que parezca, esta gente envía CDs de Ubuntu a cualquier parte del mundo y completamente gratis, no hay que pagar ni los gastos de envío. Así que ya sabeis, si quereis probar esta distribución no lo podeis tener más facil: o bien os lo descargais y lo tostais en un CD, o bien lo pedís y esperais tranquilamente a que os lleguen los CDs ya tostados (tardan aproximadamente un mes en llegar).

Las uerreeles para pedigüeñerar: Petición de CDs de Ubuntu y Petición de CDs de Kubuntu.

27 julio 2006

Lo peor del asunto...

Lo peor no es que este error aparezca siempre en el mismo sitio impidiéndome realizar mi trabajo.

Lo peor no es que Visual Studio 2005 haya sido lanzado a contrarreloj y esté por consiguiente lleno de fallos.

Lo peor no es que la frase anterior siga siendo cierta al sustituir "Visual Studio 2005" por el nombre de cualquier producto de Microsoft.

Lo peor no es que la gente ya considere como algo normal el hecho de que un ordenador se cuelgue de vez en cuando, funcione más lentamente conforme pasa el tiempo o necesite un antivirus tanto si sí como si no.

No. Lo peor es tener que escuchar después a la gente que dice "Bil Gueis inventó los ordenadores / internet" y/o "Pues si no fuera por Bil Gueis los ordenadores serían muy difíciles de usar".

Propongo un mensaje de error alternativo: "Se ha encontrado que Microsoft es un problema y debe cerrarse". Por soñar...

24 julio 2006

¡No soy estándar!

Qué vergüenza. Qué oprobio, humillación y sofoco. Resulta que yo, adalid de la programación educada y según todas las normas habidas y por haber... tengo una página web que NO cumple los estándares del W3C.

La prueba: Esta página no es válida.

He de decir que la página está hecha a mano, con un editor de texto. Pues tendré que ponerme en el cerebro el chip del HTML, en plan el "curso de conducción de helicópteros de Matrix".

18 julio 2006

Mensajeros obsoletos (en el mal sentido)

Os voy a contar una odiesa en miniatura por la que acabo de pasar, y que, si bien ha terminado bien y sin heridos de consideración, no deja de invitar a la reflexión acerca del ciberespacio, la competetitividad empresarial, el orden inherente al caos y, por qué no, los Gyoza y Shumai que acostumbro deglutir en el restaurante de mis suegros.

Resulta que hace un par de semanas compré, por fin, los billetes aéreos que me permitirán pasar las próximas navidades en Japón, en compañía de un montón de gente a la que no entiendo cuando habla (pero los quiero mucho, mis sobrinos sobre todo son encantadores). Los billetes los compré en la web de KLM, y me los enviarían a casa por mensajero.

Todo normal hasta que pasaron dos días y recibí una llamada telefónica. Una señorita me contó lo siguiente: "Buenos días, le llamo de la empresa XXX (protejamos a los inocentes, que de todo hay en todas partes), tenemos un paquete para usted procedente de KLM, pero no encontramos su dirección. ¿Me puede dar algunas indicaciones para el chico que hace el reparto?"

A lo que yo, en principio, me quedé a paralelepípedos. ¿Cómo es posible que no encuentren mi dirección? Bueno, he de admitir que vivo en una calle pequeñita de una urbanización colindante a la capital balear... pero el correo me llega puntualmente, sin problema alguno de localización para el cartero. Bueno, paciencia, un mal día lo tiene cualquiera. Le di las ansiadas indicaciones.

Total que pasa el día y el paquete no llega. Llamo al día siguiente y me dicen: "Es que el chico no encuentra la dirección (eso ya lo sé, cielo), debe ser porque la calle es nueva (NO, no lo es) y es difícil de encontrar". Toma castaña pilonga.

Pasan los días y el paquete no llega. Se suceden las llamadas. Quedamos en que el repartidor me llamará y yo le guiaré. No me llama. Al final se me enciende la lucecita esas de los tebeos, y le digo a la señorita atendiente: Mire en Google Maps que ahí aparece bien claramente la dirección. A lo que la rspuesta es... atención (redoble)... esta: Es que no tenemos internet, sólo acceso a un mapa interno en el que su dirección no aparece. ¡¡Aaaaaah amigo!!

Finalmente el paquete ha llegado. En la última llamada averigüé que el repartidor anterior era nuevo y no conocía la zona, y en cuanto ha vuelto el repartidor habitual (estaba de vacaciones o algo así, supongo), todo ha ido a pedir de cavidad bucal.

Bien, y ahora la reflexión, moraleja, nuncatacostarás o como prefieras:
  1. Una empresa sin acceso a internet hoy en día, tiene delito. Pero si además se trata de una empresa de mensajería, la cosa raya el humor absurdo. Espero que en esa empresa no tengan un jefe del tipo "mejor no damos internet a los empleados porque se pasarían el día viendo porno", que los hay, porque en ese caso, de verdad que les compadezco.
  2. Vale, supongamos que tienen una aplicación propia de mapas y localización de direcciones. ¿Cómo es posible que no aparezca mi dirección? Mi casa existe desde hace VEINTE AÑOS, la calle existe desde hace más tiempo. Y vale que es una urbanización, pero tampoco estoy en la cima de una montaña del Himalaya ni en una fosa abisal. ¿De qué año son los datos que manejan?
  3. Bueeeeno, no tienen internet y no aparece la dirección en el mapa. Entonces, ¿por qué no le dicen al repartidor: "Métete en el primer cibercafé que veas y busca la dirección en Google Maps"? ¿La empresa no puede pagar el euro que costaría dar ese paso?
  4. No hay internet, no hay mapa, no hay cibercafés... pero saben el nombre de la urbanización, ¿no pueden plantarse allí y preguntar a alguien?
En fin, imaginaos que por culpa de este lamentable incidente me quedo sin degustar los Gyoza, Shumai y otras delicias surgidas de las hábiles manos de mis suegros. Tamaña tragedia no entra siquiera en mi imaginación.

Y es que, como dijo un venerable obsoleto tiempo ha: A mí es que hay cosas que no me entran...

13 julio 2006

Kubunteando

Estimado lector o (cosa improbable) lectores: hoy voy a hablar de un tema propio de jaquers, comunistas y frikis en general. Avisado estás por si quieres encarrilar tu navegación hacia derroteros más ortodoxos.

Seguramente habrás oído por ahí, en plan medio leyenda urbana, que es posible ponerle al ordenador una cosa software llamada Linux. "¿Y qué? A mi ordenador yo le pongo muchas cosas", dirás henchido de convicción. ¡Ah! Pero es que este tal Linux es un sistema operativo, es decir, una cosa que no se instala en Windows sino en vez de Windows. Sí sí, no pongas esa cara: es tan mismo como la vida real.

De hecho, yo mismo he tenido contactos semiclandestinos con dicha cosa software. Sin ir más lejos de Tegucigalpa, gracias a Linux y a sus adminículos pppd y tcpdump pude probar y depurar mis pilas TCP/IP obsoletas, InterNestor Suite e InterNestor Lite, a la sazón razonablemente populares. No obstante, con posterioridad a la finalización de tales proyectos volví al redil windosero.

El tiempo pasó, y me encuentro en estos momentos con un ordenador de cuatro años de antigüedad (y que ya cuando lo compré no era precisamente lo último de lo último), un Windows 2000 que hace otros tantos años que fue instalado (imaginaos el increíble rendimiento que proporciona), y la imposibilidad de ver pinículas sin que el sonido salte, por falta de drivers para la tarjeta gráfica.

Así pues, para salir de este círculo guarrete, digo vicioso, se me presentan dos opciones:

  1. Comprar un ordenador nuevo con el Windows XP preinstalado (y con mi alma prevendida a Microsoft, como siempre).
  2. Seguir usando mi ordenador antiguo y ponerme otra vez Linux (sin levantar mucho la voz, por si alguien me oye), que dicen que no necesita tanta máquina como el Ventanas.

Evaluando el coste de la operación y mis capacidades científico-técnicas, he optado por la segunda opción, a ver qué pasa.

Os pongo en situación para por si. La máquina en la que pretendo instalar este SO-que-no-es-Windows tiene las siguientes características, digo, caracteriscas:

  • Procesador AMD Duron a 900 MHz.
  • 384 MB de RAM.
  • Un disco duro de 80 GB y otro de 13 GB.
  • Tarjeta gráfica Voodoo Banshee.
  • Tarjeta sónica SoundBlaster 64.
La idea es instalar Linux en el disco de 13G y por el momento dejar el de 80G tal como está, es decir, con el Windows instalado (y con la carpeta Mis Documentos totalmente caotizada y llena de cosas, tanto útiles como inútiles).

En cuanto a la distribución, oí hablar de una tal Ubuntu, que se autoproclama "Linux para seres humanos". Bien, yo ante todo soy obsoleto, friki, japonófilo y cada vez más calvo; pero aún así, aún me queda algo de ser humano, de forma que probablemente soy apto para esta distribución (o al revés). Peeeero, como ya he dicho antes yo no soy completamente nuevo en esto de Linux, y sé que hay dos escritorios distintos para el idem: KDE y Gnome (bueno, hay más, pero estos son los más famosetes). Ubuntu viene con el Gnome, pero a mí me gusta más el KDE (manías que tiene uno), así que para fastidiar, en vez del Ubuntu normal y corriente decidí decantarme por el Kubuntu, es decir el Ubuntu con KDE.

Con determinación y paso firme, me bajé la imagen de CD de Kubuntu 6.06 desktop, la tosté en un CD, reinicié la máquina computadora con el CD metido y esto es lo que vi al cabo de pocos Hz^-1:


Con la tranquilidad de quien no tiene nada que perder, dejé la primera opción tal como estaba y pulsé Enter para iniciar la carga desde el propio CD. Al cabo de un rato, apareció algo... pero... ¿qué es esto? Parece un escritorio, pero ¡está a 640x480! ¡Qué horror! Nada, reset y a seleccionar la segunda opción del menú: Start kubuntu in safe graphics mode. Esperamos a que vuelva a cargar y... bueeeno, esto es otra cosa:

Imagen tomada de www.linuxsoft.cz

No está mal la idea: el CD arranca una distribución en vivo del sistema operativo, puedes juguetear un poco (evidentemente con ciertas limitaciones, y leyendo continuamente del CD), y si te gusta, le das al icono del escritorio y lo instalas en tu disco duro.

Tras darle al icono de instalación, tendremos que responder a unas pocas preguntas: cuál es nuestro idioma y distribución de teclado, en qué zona horaria estamos, qué nombre de usuario y contraseña queremos, y en qué disco duro se realizará la instalación (podemos borrar el disco por completo, o bien redimensionar una partición). Después de eso, la instalación comenzará de forma totalmente automática, sin que tengamos que intervenir para nada. Así de simple.

Recuerdo que antaño, instalar Linux implicaba pasar un buen rato respondiendo preguntas de índole técnica: qué servicios quieres instalar, qué módulos quieres añadir al kernel, qué tamaño quieres para la partición de intercambio... en fin, parece que se han tomado en serio eso de "para seres humanos"; si bien yo eché de menos una opción de instalación avanzada, no me quejo.

Truqui: Antes de dar paso a la instalación, asegúrate de que la red está bien configurada y de que tienes acceso a internet (dale a la "K" gorda de la esquina inferior izquierda, selecciona "Preferencias del sistema", desde ahí "Parámetros de red", pulsa "Modo administrador" y configura lo que tengas que configurar). Para probar la conexión, pulsa el tercer icono de la barra del escritorio, el navegador Konqueror. Esto es porque si no hay conexión de red, a mitad de instalación te dirá que no puede comprobar las actualizaciones de seguridad o algo así, y tendrás que decirle "que sí, que te oigo" manualmente.

Bien, la instalación tardó unos 45 minutos en mi máquina. Una vez terminada, toca resetear el ordenador, sacar el CD e iniciar el sistema con el flamante Linux instaladito y completo.

Un momento, ¿he dicho completo? ¡NO! Resulta que faltan cosas "indispensables" para el usuario medio, como los codecs para reproducir MP3 y ver DVDs, el navegador Firefox, el Emule (bueno, su clon para Linux) o el Mesenyer (de nuevo, su clon). Pero, ¡ah amigo! Hemos quedado en que somos seres humanos (al menos en parte), así que debe haber una manera sencilla de instalar todo eso.

Pues bien, la hay. Se llama Automatix. No hay más que ir a su página, y seguir las instrucciones para su instalación (es sencillo, incluso para humanos muy humanos). Al ejecutarlo nos aparecerá algo como esto:


Así de sopetón, este programa instalará entre otras cosas: el Firefox con todos los plugins (Java, Flash, Acrobat), el Acrobat Reader, todos los codecs multimedia habidos y por haber, utilidades de red (aMSN, Amule, Gaim, Bittorrent), fuentes adicionales, el navegador Opera, un antivirus (?!), el RealPlayer... y además actualizará el kernel y el KDE. Toma castaña. Eso sí, tardará MUCHO y además nos preguntará varias veces la contraseña de usuario (¿¿pa qué??) y otras cosas. Pero vale la lástima.

Bueeeeno, ahora sí que, en teoría, el sistema está completo. Vamos a probar algún MP3 que tengo en el otro disco duro. A ver, le doy al segundo icono de la barra de tareas y selecciono "Dispositivos de almacenamiento". Se me abre el Konqueror. Bien, aparece el icono del disco duro. Le doy y... "No existe una entrada para este dispositivo en fstab". ¿¿Pero qué demonios...??

Calma, caaaalma. Usa la fuerza, Luke. Es más fácil de lo que parece, concursante. No hay cuchara, Neo. Etc, etc... es hora de rescatar más cosillas de mis viejos conocimientos sobre Linux. Veamos, /etc/fstab es un fichero de sistema que contiene información sobre dónde y cómo se montan los dispositivos de almacenamiento. Vale, abro el susodicho fichero desde un terminal (K->Sistema->Konsole, sudo pico /etc/fstab) y añado la siguiente línea:

/dev/hda1 /media/jardisk ntfs default 0 2

Después hago un sudo mkdir /media/jardisk seguido de sudo mount /dev/hda1, y parece que se lo traga. Vuelvo al Konqueror, le doy al icono y... "No tiene permisos para entrar en /media/jardisk". ¡¡ARGH!!

No os quiero aburrir (aunque quizá ya ni habreis llegado hasta aquí, en cuyo caso estoy hablando solo, ¡qué horror!), pero después de una ardua investigación, descubrí que la línea en fstab debe ser en realidad así:

/dev/hda1 /media/jardisk ntfs default,umask=0000 0 2

Y tras esta miniodisea, entro por fin en el disco duro windosero. Mis Documentos, My Music, doble click en Dragon Ball GT - Hitori ja nai, se abre el Amarok (reproductor multitodo al uso) y... ¡funciona! ¡¡ESTÁ SONANDO!! ¡Y además no da saltos cuando abro otras ventanas! ¡Oeeeee...!

Después de este subidón, voy a probar el video. En efecto, se traga los MPEG, los AVIs y los WMV, im-prezionante (NO, no nos voy a decir con qué videos probé). Y el sonido no salta. Peeeeeeeroooooo... (redoble...) ¡SALTA LA IMAGEN!

¡Grmbfl! A ver si tocando algo de las propiedades de video arreglo algo. K->Preferencias del sistema->Pantalla. Modo administrador. Me dice que ha detectado la tarjeta "Voodoo Banshee", pero que está usando el driver genérico de vesa. Que si quiero probar a usar el driver de Voodoo Banshee. Pues bueno, prueba. "Lo siento, esta configuración no parece funcionar. Mensaje del servidor X:" (sí, el mensaje es ese: nada).

Y después de eso... nada. En ese momento ya era medianoche y un servidor madruga para ir a trabajar para, a su vez, ganarse la vida honradamente, así que... continuará.

Conclusión: ¿Linux para seres humanos? Sí, no lo niego. Pero no está de más tener un toque friki/jaquer/comunista para poder sobrellevar esas pequeñas incidencias. Aunque he de reconocer que buscando en el interdem hay cienes de informaciones que ayudan a desfacer tales entuertos: la comunidad se mueve (qué bonito suena eso).

Nota: Porfa, ¿alguien sabe cómo puedo ver los vidrios sin que me salten? Que quiero ver Densha Otoko...

02 julio 2006

Modem venerable

Bueno, pues como os prometí en una entrada anterior, os voy a mostrar el pedazo de modem que usaba en mi 386 más o menos cuando Linus Torvalds dijo aquello de "Hola, me estoy haciendo un sistema operativo, ¿alguien quiere ser mi amigo?"

Caballeras y caballeros, con todos ustedes... el Monstruo Mecánico M-13.


El diskete está para que os hagais una idea del tamaño del aparato. Lo trajo mi padre de su trabajo (una central de Telefónica) en 1990 ó 1991, y era capaz de unos apabullantes 1200 baudios.

La verdad es que no me explico cómo se las apañó mi padre para conectar el cachivache a la línea telefónica, vistas las opciones de conexión disponibles:


Lo que sí recuerdo es el procedimiento de conexión, era bastante pintoresco y se componía de los siguientes pasos:

1. Coger un teléfono normal y corriente y marcar a mano el número.
2. Esperar a que el modem remoto respondiera con el PIIIII característico.
3. Pulsar el botón CONN del modem (el primero de la fila superior).
4. Colgar el teléfono.

Es de suponer que en su entorno original, las conexiones se podían realizar de forma más automatizada... porque si no, menudo cachondeo...

Con este modem he conectado muchísimas veces a BBSes (que en esos entonceses "no existía" eso de Internet). El programa que usaba para tal menester era un tal Telix, un software absolutamente revolucionario porque con una extensión permitía usar el protocolo BiModem. El susodicho protocolo permitía nada menos que enviar un fichero, recibir otro, y chatear, ¡¡todo a la vez!! Ciertamente, un auténtico prodigio tecnológico (ains... qué tiempos...)